miércoles, 2 de enero de 2013

Deep Metha: cineasta hindú











Deepa Mehta: Una cineasta contra el fundamentalismo religioso

Escrito por Judith Muñoz Saavedra, desde Barcelona   
miércoles, 14 de marzo de 2007

Deepa nació hace 57 años en Amritsar, al norte de la India. Es licenciada en Filosofía, directora y guionista de cine, actualmente vive en Canadá y su película “Agua” fue nominada al Oscar a la mejor película  de habla no inglesaa. Su particular mirada de la realidad social se encuentra entre las más comprometidas del nuevo cine indio, lo que le ha costado el rechazo y el boicot de grupos religiosos fundamentalistas hindúes que no le perdonan la osadía de mostrar el amor entre mujeres (Fuego) o de denunciar cómo, en nombre de las tradiciones, se somete y encierra a las viudas (Agua).
Su última película “Agua”, ambientada en la India en 1938, nos relata la historia de una niña viuda de 8 años. A través de sus vivencias nos cuenta cómo por el dictado de la religión se recluye a las viudas hindúes en “ashram” (lóbregos gineceos) donde habrán de mendigar e incluso prostituirse para sobrevivir. En la actualidad hay 34 millones de viudas en la India, de las cuales 11 millones permanecen viviendo en ashrams, en medio de una miseria absoluta. Este hermoso film, que producto del boicot tardó más de 4 años en ser concluido, pone en evidencia las rígidas tradiciones que convierten a las mujeres en prisioneras en vida sólo por el hecho de no tener marido. En él la cineasta realiza un valiente alegato contra el sistema patriarcal y el fundamentalismo religioso hindú.
Con  Agua- la religión- Deepa Metha cierra su trilogía, que inició con Fuego (1996) – la sexualidad- y que continuó con Tierra (1998) –la guerra-. En esta película, nos vuelve a demostrar su compromiso como cineasta y mujer con la denuncia de las desigualdades de clase y de género. A propósito del estreno de “Agua” en España, tuve la oportunidad de charlar con esta interesante mujer una noche de la tardor barcelonina.

Según las creencias hindúes, cuando una mujer se casa, se convierte en la mitad del hombre. Por lo tanto, si él muere se considera que la mitad de la esposa ha muerto. Los libros sagrados dicen que una viuda tiene 3 opciones: casarse con el hermano más joven de su marido, arder con su marido o llevar una vida de total abnegación.


¿Qué te motiva a contar historias de mujeres en tus películas?
Ante todo me motiva el hecho de ser mujer. Pero no es sólo eso, mi motivación va más allá, me molesta mucho el tema de las diferencias de clase, me molesta mucho el tema de la desigualdad de género, me molesta mucho el hecho de que en igualdad de trabajo haya diferentes salarios. Toda injusticia me rebela y me pone en marcha.


¿Por qué escogiste la historia de una niña viuda, para escribir el guión de Agua?
Hace 10 años a orillas del Ganges, vi a una viuda anciana con el cabello rapado que iba de un lado a otro en cuatro patas buscando algo en el suelo en medio de una multitud de peregrinos –había perdido sus gafas-. Nadie le hacía caso, ni siquiera cuando se sentó y empezó a llorar. Esto me chocó, porque soy hindú pero vengo de una clase –no de una casta- donde las viudas lo tenían menos difícil. Mi abuela era viuda pero era la matriarca y quien gobernaba la casa. Por eso, cuando me topé con esta imagen de la viuda típica y tópica, como hindú sentí mucha indignación y mucha ira porque considero que ningún ser humano tiene derecho de hacer que otro ser humano sea tratado indignamente. En una sociedad  patriarcal como la hindú, el eslabón más débil de la cadena es la mujer. Pero la ira me vino, más bien, porque que considero que ningún ser humano tiene derecho a ser tratado con indignidad


La situación de las mujeres viudas ¿es igual en todas las castas?
Es mucho peor en las castas altas. Pero creo que no se trata de un tema tanto de castas como de clases, las clases altas son muy estrictas. En todo el mundo las clases más altas y las más bajas son las más estrictas. A nadie le importa tanto las clases que están entremedio, la moralidad no es tan importante para las clases intermedias.


En la película, Chuya (la niña viuda) pregunta: ¿Dónde está el ashram de los hombres? ¿Crees que la sociedad Hindú actual se está haciendo esta pregunta? ¿Se está cuestionando las desigualdades de género?
India es un país de mil millones de habitantes, de los cuales sólo el 55% recibe educación, entonces el tema principal es la falta de educación. Si hablamos de esta clase en concreto, la pregunta es extraordinariamente pertinente, pero no tanto la pregunta en sí, sino la metáfora respecto a la desigualdad entre hombres y mujeres. Pero hay que decir una cosa que quizá es muy difícil entender desde fuera: India es probablemente el país donde el activismo de las mujeres es más fuerte.


¿Crees que tu película puede sensibilizar sobre el destino de las mujeres viudas en la India?
Recuerdo que cuando estrené Fuego me preguntaron: ¿tú crees que esto va a aportar algo respecto de la situación de las lesbianas?” y yo no dije que sí, porque decir que sí es un poco arrogante, dije “no lo sé, pero espero que sea así” y algún granito aporté. En esta película,  yo sigo diciendo no lo sé… pero la esperanza es que sí.
También quiero contar que no se trata sólo de un tema de pobreza, porque la pobreza puede tener solución algún día, es un tema mucho más fuerte, es una concepción muy equivocada de la religión. No se trata sólo de que los padres manden a las hijas a casarse, sino que es una tradición que está muy arraigada en las mujeres. Son las propias mujeres las que siguen a estas costumbres porque creen que si no lo hicieran traicionarían los textos sagrados, renegarían de su religión, es una lectura muy ultra de la religión, donde las mismas mujeres como Shakuntala en la película piensan que haciendo esto serán mucho mejores personas. Hay que hacer un trabajo muy fuerte a nivel de base, hay que intentar convencerlas de que  no se encierren, de que no se den como por perdidas de cara a la vida siguiente, no por eso van a ser peores mujeres ¿no?


¿Qué piensas del auge del fundamentalismo religioso?
Todos los fundamentalismos movilizan a la gente en nombre de la religión. Esto es muy peligroso, está pasando en el catolicismo europeo, en el cristianismo de los EEUU. Creo que lo primero que hay que hacer es luchar contra esto. El fundamentalismo está intentando reescribir la historia en nombre de la religión y esto es algo que me produce mucho miedo, esto nos rompe mucho la perspectiva de de dónde venimos y hacia donde vamos, es horrible y da mucho miedo.


Cuando comenzaste a rodar la película en India, se desataron violentas protestas de los fundamentalistas, destruyeron los decorados, quemaron imágenes tuyas, finalmente tuviste que ir a rodar Agua a Sri Lanka ¿Cómo viviste los obstáculos para el desarrollo de tu película?

Hay un dicho inglés que dice “lo que no te mata te hace más fuerte”. Esto lo digo ahora con retrospectiva, pero en el momento lo pasé muy mal. Primero reaccioné con mucha ira y me sentí muy mal, pero me di cuenta de que no eran mi gente, ningún extremista tiene nada que ver conmigo. A partir de ahí crecí, no me he sentido amargada pero si me sentí muy traicionada. Ahora lo veo como un acto de crecimiento, pero en el momento lo pasé fatal. Me di cuenta de que Agua reflejaba lo que ocurría en la India, el ascenso del fundamentalismo hindú y de la intolerancia hacia cualquier cosa, por lo tanto éramos el blanco perfecto.

¿Qué crees que podemos hacer las mujeres en el resto del mundo, para colaborar con la situación de las viudas en la India?

Esta pregunta me la hacen mucho, en USA, en Canadá. Después de pensarlo, creo que lo  primero que tenéis que hacer es mirar vuestra propia realidad, porque estoy segura que en Barcelona, como en Canadá, la situación de algunas mujeres es terrible. Creo que las mujeres de la India son las que tienen que erradicar este problema con el tiempo, algunas están muy activas en ello. Si queremos hacer un mundo mejor, tenemos que empezar desde aquí, cada uno tiene que actuar desde su propia realidad.

Barcelona, 2006





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